lunes, 1 de marzo de 2010

Cosas de chicos



Hoy al mediodía me llamó la atención algo simple y cotidiano. No sé porqué, no era extraordinario.


Jugando, mi hijo hacía "gárgaras" en el baño, y eso a la madre no le gustaba. Lógico, por dentro se reía. El nene se da cuenta instintivamente que puede seguir haciendo eso, y lo hace. Y lo hace. Y lo hace.....se pone pesado.


Y pienso nuevamente en mi infancia.

En el barrio en que vivía no había muchos "fulbos". Un Día del Niño, en el '78, mi padrino me regala uno con los colores de Argentina, sólo eso, los colores. Fue una alegría enorme en la cuadra. Todos los chicos de la misma jugamos esa semana en la "canchita del tala". Se pinchó una mañana, lo emparchamos, y creo que al mediodía ya estábamos jugando de nuevo.

Esa alegría la podría describir de igual manera como cuando mi papá me regaló un trompo, o cuando saqué la difícil, "el árbitro", en unas figuritas de la época, o en otras pequeñas cosas hoy, hoy, porque en ese tiempo fueron "galácticas".

Y hoy ví cómo mi hijo se divertía haciendo enojar a la madre con sus gárgaras. Y es posible que pueda recordarlo lejos adelante.

A qué iba con todo esto? No lo sé. Creo que me gustaría que no hubiera tanta internet, o cosas virtuales en sus vidas.

Se podrán recordar en un tiempo adelante este tipo de cosas como me acuerdo yo del fútbol, el trompo, el barrilete, las piedras de la payana, las bolitas? Es un tema harto trillado, pero lindo acordarse que todos éramos felices con poco, muy poco.