martes, 4 de septiembre de 2012

Un recomenzar


Espero que sí. Creí que ya no existiría este espacio, me dio alegría "leerme".
Soy extremista. Un día me dio por correr en la montaña y no hubo nada que me frenara, yo quería correr la 4ref. Un día me cansé y dejé todo. Ni cerca de una zapatilla running, ocasionalmente un tenis como para mover este cuerpo, que ya dejó de tener una forma atleticoidea, sé que el término no existe pero es simpático. Ahora peso casi 100 kg, con un 35% de grasa visceral. No puedo correr más de 5 minutos sin que me duelan un poco las rodillas. Fumo bastante, sí, leyó bien usted, bastante limitado cerebral resulté ser. En fin. Me cansé de verme así.
Creo que puedo empezar a tratar de lograr algo. No pienso volverme fanático, aprendí la lección.
Mi meta es correr una maratón (de montaña si se puede). El 2013. O el 2014. Pero correrla, y disfrutarla, y sentirme cómodo, sin calambres, sin heroísmos, sólo sensaciones para escribir.
Prometo escribir y contarles cómo la llevo.
Lles, aimbac.

Evidente falta de estado atlético

miércoles, 2 de marzo de 2011

Y un día corrí la 4 Refugios

Así es. He logrado terminar la carrera que quería.
Realmente no tengo palabras para describir lo que se siente al ir haciéndola. Son dos días de montaña en todo los aspectos. Creo que esta crónica va a ser difícil, me va a costar tratar de describir lo que ví y sentí.
Empecé el año 2010 entrenando para este desafío. Hice unas carreras en el año que fui describiendo en este espacio. Ahora que estoy en este punto muy parecido a un repaso, veo que hay algunas que vale la pena hacerlas, y no tanto desde el punto de vista deportivo. Es que como saben, ir a un lugar por lo general lejos, a correr, yo lo tomo más como excusa para eso justamente, ir a ese lugar, y conocerlo, y andarlo, ver sus gentes, conocer algo más que la oficina de turismo y "dónde se come bien". Volvamos a esta última.
Había empezado el viaje yendo a Las Grutas, al mar, para no ser egoísta y también pensar en mis hijos, sabía que ellos iban a disfrutar mucho la arena y el agua, y así fue nomás. Estuvimos
una semana y luego partimos a Bariloche.
Ibamos llegando y teníamos, cada vez que doblábamos en el camino, un paisaje diferente, y parecía que no se acababan las sorpresas, porque esta Argentina tiene eso, sorpresas. Y les puedo asegurar que son hermosas.

Este paisaje apareció una vez que ya teníamos más a la vista el río Limay.


Yo manejaba y lo único que pensaba era en la altura de las montañas. Me parecían más altas, ya venía calculando que no iba a ser tan fácil. No sé si escribir acerca del viaje o ir directamente a la carrera. Veremos.

Al llegar a la ciudad nos esperaba una tarde nublada, con algunos chaparrones aislados y vientos leves de direcciones variables mejorando por la tarde.....bla bla. Yo quería descansar. Fuimos a ver la cabaña, nos gustó y nos instalamos.
Salimos a conocer algunos lugares al otro día. Como van a ver, no hay nada que separe estos paisajes con los que consumimos como paraísos de países algo más desarrollados que mi Argentina.
El viernes, día previo, recargué mis depósitos de lípidos y carbohidratos con un regio asado argentino (carne pan y vino). La cosa que el retiro de kits era hasta las 19 y ahí comenzaba la charla técnica, y eran las 17:30 y seguíamos de sobremesa con la Flaca y el Negro. Al otro día a las 8 había que estar en la base del cerro Catedral para la largada.

Los preparativos fueron rápidos. La mochila albergó todo sin problemas. Llevaba dos bidones de 750 cc; nunca usé camel pero me lo imagino algo incómodo, difícil de recargar, gusto diferente del líquido, etc etc, en definitiva, si algo no te gusta de entrada, ya está. Cargué 4 geles y 4 barritas de cereales, más 6 sobres de bebida isotónica.
Y ahí vamos.


Éste es, suscintamente, el recorrido. En rojo se observa el 1º día con los bonus en azul, y el 2º día en verde. A simple vista es más extenso el primer día, y fue así.

La verdad que detalles técnicos no sé escribir, me llevo mejor con describir las sensaciones y esas cosas. Decir, por ejemplo, que las bajadas del primer día me habían parecido de lo más ásperas, y si embargo no eran nada comparadas con bajar el López. Ha de ser emocionante ver bajar a los pros en carrera, todo se debe de resumir en tres cosas; técnica, tremenda fuerza y demasiados cojones.

Experimenté esta vez la ventaja de controlar un poco más el ritmo, aunque en el segundo día al llegar a la meta haya pensado que podría haber apurado un poco más, como que me sobró un poquito de piernas. Pero claro, eso lo pensé cuando ya veía la gente atrás del arco, porque cuando venía por el bosque, cuando no tenía ni idea de dónde estaba, pensaba solamente en no empezar a luchar con los calambres. Ahí está claro la ventaja que tiene el que ya conoce el recorrido. Debe ser lindo realmente poder entrenarse en esos bosques, con ese paisaje se deben de rejuvenecer los cuádriceps y ni sentir los kilómetros.

Trataré de mostrarles lo que veían mis ojos al andar por esos senderos.
Esta es una flor de amancay, me contaba Jorge que corría conmigo y es de ahí, que crece desde cierta altura, verdaderamente es preciosa. Estas son fotos que le gusta sacar a mi hija.

Amancay

Ésta otra es una mutisia, no menos linda, también sacada para la colección de Sofi.

Mutisia

Luego de haber pasado por el refugio Frey el primer día, hacíamos una pequeña cuesta y luego se venía la primer bajada medio complicadita, claro, nada comparada con la del Lopez del domingo.


Una imagen medio medio de la bajada.


En esta foto se puede ver la imponencia del cerro Lopez, y en la parte superior de la misma se ve el filo desde donde bajábamos. No se puede creer la pendiente vista desde arriba, y a medida que se baja se pone más técnico, es todo piedra suelta y "arenilla" que se transforma en excelente patín para bajar de culo.

Voy a tratar de resumir la carrera.
Empecé el sábado pensando en mantener un ritmo algo bajo, nunca había corrido más de 70 km, además desde antes a lo que le tenía respeto era a ver cómo me levantaba el domingo. Así que empecé con un "caco" algo liviano (caminar y correr). Todo bien, algo liviano de más pero bien, pero pagué caro mis juanetes. Bajando el último tramo (algo así como 15 km), siento los primeros pinchazos en los pies (brutas ampollas) y ahí por inexperiencia empecé a mezquinar la pierna, y craso error, porque vino la fase dos, o sea, el calambre. Pero como todo en la vida, la experiencia es soberana, me relajé, hidraté, elongué y seguí. Pero ya estaba perdido el ritmo.
El domingo algo parecido respecto al ritmo, pero acá era casi todo caca (caminar caminar jaja). De a poco fui ganando confianza en mis reservas y el final de casi 14 km fue un trote liviano, fluido, y ya sin darle bolilla a los pinchazos en los pies, total...
En la meta me esperaban mis hijos, mi esposa y Jaquelina y José María, los amigos que se bancaron 4000 km para ver cumplir su sueño a este tipo. No tengo palabras para ellos.
Tiempo total de carrera: 18 horas. Tiempo de placer: todavía me dura.
El lunes volvíamos despacio por el camino de los 7 lagos, hacia San Martín de los Andes. Quería hacer todo esta vez, por la dudas que el año que viene tenga que ir en colectivo o de mochilero, como sea, pero estaré mejor seguro.
Una postal para cerrar.


Finalmente: gracias Mikel por tu enorme paciencia y hacer que este gordo terminara y así cumpliera su sueño.
Mucho tienen que ver en esto "Karlos con K" y su familia, ellos saben. A todos les recomiendo un viaje largo en familia en una azul como ésta.



A mi familia entera todo mi amor.





lunes, 15 de noviembre de 2010

Mi querido Morro


Este domingo fui al Morro como casi todos los fines de semana. Me encanta.
Esta es otra vista de la hermosa bajada que hay. No es sendero, no es liso, no es piedra. Es simplemente sierra. Y es tan linda.
Si uno sigue la flecha llega a La Esquina, que se ve abajo. Lindo lugar, lindo para conocerlo un poco más cada vez que lo corro.




Esta vez nunca me había pasado tan cerca un cóndor, y la verdad no voy a estar tranquilo del todo hasta que no le saque una foto. No se puede describir con palabras.

Les dejo otra imagen.
Serpiente de piedra

Sigo con esto

Hoy tengo ganas de contar cosas. O de pensar en voz alta, y escribirlas, y tratar de que me entiendan que sería la parte difícil del asunto.
En el mes de octubre íbamos camino a San Rafael, Mendoza, porque correría una media maratón en el Cañon del Atuel. El camino es todo árido yendo desde San Luis, no hay nada, no hay poblaciones con mucha gente, uno diría que es el desierto, y vuelvo atrás, que no hay nada. A ese punto quería llegar. Siempre hay algo, y lo más interesante, siempre hay belleza donde uno quiere encontrarla. Mi hija obtiene algunas fotos lindas, cuando tiene ganas. Esta vez ella bajaba del auto por lo que fuera, y ya estaba apuntando a algo y disparaba. Esta foto es de los "yuyos" que se encuentran al costado del camino, en donde "no hay nada", y sin embargo a mí me encanta mirar esas flores.
Hay veces en que hablo con mis hijos y les cuento que uno de mis deseos es poder hacer cacería fotográfica. Sé que el término es safari, pero a mí me gusta lo de "cazar" al animal con la lente. Se me hace que ha de ser difícil estudiarlo, conocerlo, acecharlo, perseguirlo, acercarse, y luego de todo eso dispararle y lograr una buena foto que quede en un álbum, en una pared, en mis retinas, y no un trofeo muerto de pelos y olores que encabezará un living sólo para obligar a una pregunta que nos alimente el extraño ego de sentirnos cazadores.
Sigo con el relato del viaje.
Esto que cuento fue en octubre, como dije. Hacía calor. Habíamos alquilado unas cabañas camino al lugar de la carrera. El lugar, hermoso. Ya me habían dicho y lo comprobé aparte de otras cosas, que lo verdaderamente lindo era lo que el hombre había logrado en ese desierto. Y es así. Todo lo que se hizo le da esa belleza al lugar, desde un dique a un canal que lleva agua a una finca rodeada de álamos y frutales con colores que provocan silencio.

La carrera al fin y al cabo es siempre una excusa para conocer lugares, gente, costumbres de los que se enriquece este hermoso país. Por supuesto que entreno todo lo que puedo para tratar de disfrutarlas, pero no olvido que es tanto importante lo otro también.

Ese domingo sólo fui a conocerme más en este tipo de carreras.

Una largada con casi 300 runners. A poco de empezar una subida bien cojuda, de las que queman. Ya sabía esto así que me lo tomé con calma. Luego vinieron como 12 o un poco más de meseta con arena que cansaba de a poco y ahí ya no me gustó tanto, porque el paisaje ya no fue tan divertido pero más que nada no le encontraba la gracia de correr por el guadal tanto. Eso no quitaba nada de lo lindo en general que yo vivía corriendo en San Rafael.

Detalle del Cañón del Atuel. Por ahí debo de haber andado corriendo

En la recta final de la carrera una bajada tremenda, de guadal que te hundías hasta la mitad de la pierna casi, y ahí como para no perder la costumbre...sí, me acalambré. Esta vez por zonzo y hacerle caso a uno de atrás que me "apuraba", para qué!? pienso ahora, para qué apuré?!. No importa, todo esto lo anoto en el debe del aprendizaje.

En total fueron 2:21 horas. Buen tiempo para un gordo de más de 90 kilos y que entrena cuando puede y come a cada rato jaja! Al finalizar mostramos las medallas con mis hijos, ya que ellos habían corrido la Kids antes. Ese también fue un detalle hermoso.

El otro día escuché decir a un tipo con mundo encima que al final de su vida se estaba dando cuenta que de esta vida sólo se estaba llevando las pequeñas cosas cotidianas y no los grandes honores ni reyes ni riquezas. Será así entonces? Por el momento esas pequeñas cosas me llenan, me completan.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Recomienzo

Bueno, antes que nada ya se me fue casi todo ese dolor feo de la ingle. Espero que por un tiempo se mantenga así, stand by.
Paso a contarles. He comenzado a entrenar nuevamente con un plan. Esta vez tuve la suerte de encontrar un coach, alguien con experiencia, y que además tiene una paciencia extrema. Estoy contento. Noto que me entreno con algo más que ganas. Espero, eso sí, que a la larga dé frutos. Por el momento empecé por este mes sólo con ejercicio aeróbico y complemento de pesas, una vez a la semana voy al querido Morro y el domingo algo muy suave. He bajado alguna libra de peso, pero me quedan unos quintales aún por eliminar.
Se viene San Rafael el 16 de octubre. Ya me inscribí y espero que las carreras previas me sirvan en algo, por lo menos lo que no quiero es acalambrarme, es horrible.
Ya les contaré cómo va todo. Y subiré alguna que otra foto.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Más carreras

Estoy enojado, me duele la ingle, y es una hernia inguinal que en algún momento me va a llevar al quirófano. No es tan dramático tampoco, pero da bronca que cuando uno se mentaliza en entrenar firme para un objetivo, tenga estos contratiempos, pero ya está, veremos la evolución a decir de los médicos.

Volviendo a las carreras, he corrido una de 9 km el otro día en un pueblo del interior de Córdoba, General Deheza. Fuimos con Luis y otro amigo. Era mi primer experiencia, y la pasé bárbaro. Salimos al mediodía rumbo a Deheza distante unos 180 km de Mercedes. La carrera se largaba a las 16 así que haríamos tiempo como para inscribirnos antes y hacer todo en forma tranquila. Así fue.

De la carrera mucho no puedo escribir, ya que es un mundo extraño para mí. Eso sí, QUÉ RÀPIDO SALEN!. La gran diferencia que noté respecto a una carrera de montaña fue esa, acá se sale fuerte y no se guardan nada. Hice los casi 9 km en 36'30'' más o menos. Para mí bárbaro jeje! Ahí les dejo una foto del gordo Benites llegando.


Mis próximas carreras serán el 03/10 una carrera de 10 km en la ciudad de los puntanos, San Luis o algo así, luego el 16/10 en San Rafael la de la serie Optitech de 21 km en el Cañón del Atuel. Otra cosa, estoy viendo la posibilidad de dejar de hacerme el autodidacta e iniciar un plan en serio con un coach, veremos y les contaré cómo me fue, obvio. Hasta la próxima.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Una carrera hermosa



Les cuento que este fin de semana me llegué a La Cumbrecita, un lugar en el medio de las sierras cordobesas. La verdad, no conocía y no me imaginaba una gran cosa, pero al llegar me sorprendió lo lindo que es. Antes de seguir prefiero decirles a qué fuí. Me había inscripto en una carrera de 21 km, parte de una serie, que culmina a fin de año con una maratón de 42 km en Villa La Angostura, otro lugar de ensueño, pero que me parece que está lejos de mi bolsillo, muy lejos. Habíamos decidido ir en familia. Salimos de Mercedes el sábado casi al mediodía, viajamos tranquilos, conociendo los lugares que encontrábamos en el camino y arribamos cerca de las 4 de la tarde. El plan era retirar el kit de corredor, estar un rato conociendo y seguir hasta Córdoba ciudad para dormir.


Sigamos con el lugar al que fuimos. Luego de muchas curvas y bastante en subida, nos fuimos acercando.El paisaje que va apareciendo de a poco es más o menos así.



Soy conciente que la calidad de las imágenes no es óptima siquiera, pero son capturadas por mi hija con su teléfono y con el auto en movimiento, así que asumo la culpa de no tener algo mejor que mostrar.Ahora a lo nuestro. La carrera.


Amaneció el domingo con un día primaveral, llegamos a las 10 y la carrera comenzaba a las 11. Hice los últimos arreglos, cargué los geles, los auriculares por si necesitaba motivación al final y nos encaminamos a la largada. Aclaro, me encantaría escribir todos los detalles, pero va a ser en otra entrada, hoy estoy cansado. La carrera, hermosa. La disfruté, no corrí como un atleta, sino como alguien que va a disfrutar y aprender sobre esto, y más que nada, conocerse uno mismo, explorar los límites del propio cuerpo. Tardé 2:28 hs en hacer los 21 km, ya sé, parece que caminé casi todo el recorrido, pero lo hice tranquilo. Qué aprendí esta vez? ...que los calambres pasan, que se puede pasar a varios competidores al final, que estar bien hidratado desde el día anterior ayuda y mucho, que aunque parezca una zoncera hay que conocer bien el recorrido y programar la carrera, y varias cosas más.... Ahora me espera otra de 21 km en San Rafael, provincia de Mendoza en cotubre, y espero que alguna otra más antes de mi deseo o sueño que es la Cuatro Refugios en Bariloche en febrero. A esa la quiero correr y disfrutar.


Antes de cerrar, lo mejor de todo fue esto. No hay paisaje, ni clasificación, ni trofeo que se compare a compartir la llegada con los dos motivos de vivir de cualquier persona.