miércoles, 2 de marzo de 2011

Y un día corrí la 4 Refugios

Así es. He logrado terminar la carrera que quería.
Realmente no tengo palabras para describir lo que se siente al ir haciéndola. Son dos días de montaña en todo los aspectos. Creo que esta crónica va a ser difícil, me va a costar tratar de describir lo que ví y sentí.
Empecé el año 2010 entrenando para este desafío. Hice unas carreras en el año que fui describiendo en este espacio. Ahora que estoy en este punto muy parecido a un repaso, veo que hay algunas que vale la pena hacerlas, y no tanto desde el punto de vista deportivo. Es que como saben, ir a un lugar por lo general lejos, a correr, yo lo tomo más como excusa para eso justamente, ir a ese lugar, y conocerlo, y andarlo, ver sus gentes, conocer algo más que la oficina de turismo y "dónde se come bien". Volvamos a esta última.
Había empezado el viaje yendo a Las Grutas, al mar, para no ser egoísta y también pensar en mis hijos, sabía que ellos iban a disfrutar mucho la arena y el agua, y así fue nomás. Estuvimos
una semana y luego partimos a Bariloche.
Ibamos llegando y teníamos, cada vez que doblábamos en el camino, un paisaje diferente, y parecía que no se acababan las sorpresas, porque esta Argentina tiene eso, sorpresas. Y les puedo asegurar que son hermosas.

Este paisaje apareció una vez que ya teníamos más a la vista el río Limay.


Yo manejaba y lo único que pensaba era en la altura de las montañas. Me parecían más altas, ya venía calculando que no iba a ser tan fácil. No sé si escribir acerca del viaje o ir directamente a la carrera. Veremos.

Al llegar a la ciudad nos esperaba una tarde nublada, con algunos chaparrones aislados y vientos leves de direcciones variables mejorando por la tarde.....bla bla. Yo quería descansar. Fuimos a ver la cabaña, nos gustó y nos instalamos.
Salimos a conocer algunos lugares al otro día. Como van a ver, no hay nada que separe estos paisajes con los que consumimos como paraísos de países algo más desarrollados que mi Argentina.
El viernes, día previo, recargué mis depósitos de lípidos y carbohidratos con un regio asado argentino (carne pan y vino). La cosa que el retiro de kits era hasta las 19 y ahí comenzaba la charla técnica, y eran las 17:30 y seguíamos de sobremesa con la Flaca y el Negro. Al otro día a las 8 había que estar en la base del cerro Catedral para la largada.

Los preparativos fueron rápidos. La mochila albergó todo sin problemas. Llevaba dos bidones de 750 cc; nunca usé camel pero me lo imagino algo incómodo, difícil de recargar, gusto diferente del líquido, etc etc, en definitiva, si algo no te gusta de entrada, ya está. Cargué 4 geles y 4 barritas de cereales, más 6 sobres de bebida isotónica.
Y ahí vamos.


Éste es, suscintamente, el recorrido. En rojo se observa el 1º día con los bonus en azul, y el 2º día en verde. A simple vista es más extenso el primer día, y fue así.

La verdad que detalles técnicos no sé escribir, me llevo mejor con describir las sensaciones y esas cosas. Decir, por ejemplo, que las bajadas del primer día me habían parecido de lo más ásperas, y si embargo no eran nada comparadas con bajar el López. Ha de ser emocionante ver bajar a los pros en carrera, todo se debe de resumir en tres cosas; técnica, tremenda fuerza y demasiados cojones.

Experimenté esta vez la ventaja de controlar un poco más el ritmo, aunque en el segundo día al llegar a la meta haya pensado que podría haber apurado un poco más, como que me sobró un poquito de piernas. Pero claro, eso lo pensé cuando ya veía la gente atrás del arco, porque cuando venía por el bosque, cuando no tenía ni idea de dónde estaba, pensaba solamente en no empezar a luchar con los calambres. Ahí está claro la ventaja que tiene el que ya conoce el recorrido. Debe ser lindo realmente poder entrenarse en esos bosques, con ese paisaje se deben de rejuvenecer los cuádriceps y ni sentir los kilómetros.

Trataré de mostrarles lo que veían mis ojos al andar por esos senderos.
Esta es una flor de amancay, me contaba Jorge que corría conmigo y es de ahí, que crece desde cierta altura, verdaderamente es preciosa. Estas son fotos que le gusta sacar a mi hija.

Amancay

Ésta otra es una mutisia, no menos linda, también sacada para la colección de Sofi.

Mutisia

Luego de haber pasado por el refugio Frey el primer día, hacíamos una pequeña cuesta y luego se venía la primer bajada medio complicadita, claro, nada comparada con la del Lopez del domingo.


Una imagen medio medio de la bajada.


En esta foto se puede ver la imponencia del cerro Lopez, y en la parte superior de la misma se ve el filo desde donde bajábamos. No se puede creer la pendiente vista desde arriba, y a medida que se baja se pone más técnico, es todo piedra suelta y "arenilla" que se transforma en excelente patín para bajar de culo.

Voy a tratar de resumir la carrera.
Empecé el sábado pensando en mantener un ritmo algo bajo, nunca había corrido más de 70 km, además desde antes a lo que le tenía respeto era a ver cómo me levantaba el domingo. Así que empecé con un "caco" algo liviano (caminar y correr). Todo bien, algo liviano de más pero bien, pero pagué caro mis juanetes. Bajando el último tramo (algo así como 15 km), siento los primeros pinchazos en los pies (brutas ampollas) y ahí por inexperiencia empecé a mezquinar la pierna, y craso error, porque vino la fase dos, o sea, el calambre. Pero como todo en la vida, la experiencia es soberana, me relajé, hidraté, elongué y seguí. Pero ya estaba perdido el ritmo.
El domingo algo parecido respecto al ritmo, pero acá era casi todo caca (caminar caminar jaja). De a poco fui ganando confianza en mis reservas y el final de casi 14 km fue un trote liviano, fluido, y ya sin darle bolilla a los pinchazos en los pies, total...
En la meta me esperaban mis hijos, mi esposa y Jaquelina y José María, los amigos que se bancaron 4000 km para ver cumplir su sueño a este tipo. No tengo palabras para ellos.
Tiempo total de carrera: 18 horas. Tiempo de placer: todavía me dura.
El lunes volvíamos despacio por el camino de los 7 lagos, hacia San Martín de los Andes. Quería hacer todo esta vez, por la dudas que el año que viene tenga que ir en colectivo o de mochilero, como sea, pero estaré mejor seguro.
Una postal para cerrar.


Finalmente: gracias Mikel por tu enorme paciencia y hacer que este gordo terminara y así cumpliera su sueño.
Mucho tienen que ver en esto "Karlos con K" y su familia, ellos saben. A todos les recomiendo un viaje largo en familia en una azul como ésta.



A mi familia entera todo mi amor.





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