martes, 4 de mayo de 2010

otra subida

Hoy es martes, estamos en mayo y ya empezó el frío de a poco.
Ayer por suerte el día era primaveral.
Y fuí a Potrero de los Funes, cerca de San Luis capital a subir un cerro de ahí, el Valle de Piedra. Pasé por la casa de Francisco, un cirujano amigo que tiene una casa ahí. Llegué a eso de las 8 de la mañana, y en un rato ya teníamos las mochilas listas y partimos.
Empezamos por un sendero tranquilo, que nos llevó a un arroyo, lo seguimos al cruzar éste hasta una lomita. Estaba fácil, nos llevaba por un monte de molles quemados por el último incendio que había arrasado en la zona.




Molle quemado, antes del potrero





Y llegamos a un potrero de vacas, en un vallecito, y medio como que nos perdimos, yo diría que perdimos totalmente el sendero, el camino, la brújula, todo. Uno que quería ir por abajo, el otro rodeando una loma, uno que bajaba por el vallecito y el otro que no. La cosa que a poco menos de 45 minutos de haber salido ya estábamos perdidos.
Avanzamos faldeando una loma, llegamos a una bajada con pendiente y mucha vegetación, más que nada espinillos, "plantitas" de caldenes, "amor seco", etc. Ahora me arrepiento de no haber salido con pantalones largos, en ese momento sólo se escuchaba ay! uh! uyuy! y así. Es que las espinas me tenían mal. Cuando regresé a casa y me bañé se volvió a escuchar ay! uy! con el agua caliente de la ducha.
Siguiendo con el recorrido por fin pudimos dar con otro arroyo y de ahí ya nos orientamos con respecto a la ruta a seguir, pero pequeño detalle... no había ningún sendero y mis piernas me pedían a gritos que no las siguiera maltratando con pinchos y afines. Pero no fue así. Eso sí, las pendientes empezaron a ser tipo "quemamuslos".

Panorama de lo que venía


En un momento llegó la incertidumbre de seguir o no. Cada cual tenía sus razones para volvernos o para encarar la cima. Nos faltaban algo más de un kilómetro o eso nos parecía desde abajo, pero era bastante empinado. Al final, el carácter ibérico de mi compañero ganó, y le dimos para adelante nomás.

Acá dudábamos de seguir, se ve la cima

Esa encarada nos llevó una hora o algo más. Pero valió la pena. Es hermoso mirar todo desde arriba, uno se siente bien y quisiera que todos pudieran ver lo que uno ve. No se puede escribir, o tendría que describirlo como un poeta, porque es eso, poesía.

Abajo se ve Potrero de los Funes y a la derecha San Luis capital

La bajada fue todo anécdota. Desde que bajamos sin rumbo, cambiando la ruta totalmente, haciendo todo técnico prácticamente.
Aprendí varias cosas de este Valle de Piedra.
La próxima llevaré pantalones largos, no hace falta tanta agua ya que se cruzan algunos arroyos de agua cristalina y riquísima, las zapatillas Puma Trail Fox son buenas para correr pero en cuanto uno las hostiga un poco con las piedras medio como que les falta fortaleza, y algo más, se disfruta bastante avanzar sin sendero y tomando decisiones a cada rato. Eso obliga a tratar de mejorar en la próxima, y creo que de eso se trata: que haya siempre una próxima y que sea mejor.

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