sábado, 3 de abril de 2010

LAS SIERRAS





Algunos de mis amigos saben que me ha empezado a gustar eso de andar corriendo. En realidad, siempre me ha gustado. Ahora que piso casi los 40, con más razón. Me gustan todos los deportes, algunos más que otros.

Volviendo a lo de correr, estoy intentando adquirir resistencia como para terminar esas carreras que tienen el extraño nombre de trail running, una "carrera por sendero". Bah, para mí son carreras de montaña, más largas más cortas de un día o dos o tres, con orientación o no, con bici o sin, y muchísimas más categorías. La verdad, no me gusta encasillar las cosas, sea lo que sea. Escucho decir "juego al tenis, pero eso sí, en ladrillo, a mí el cemento no me va"... y para mí al que le gusta el tenis lo va a jugar donde sea, sino no es tenis, es "tenis de clay o ladrillo o arcilla".

En esto de correr por la montaña, para entrenar se me complica por la distancia, porque el cerro más cerca lo tengo a 60 km más o menos. La cosa que ayer salí con tres compañeros más.

En teoría la cosa era ir de El Morro a La Esquina en bicicleta (20 km), subir el cerro (700 m de desnivel con hermosa pendiente), y luego regresar los mismos 20 km.

Salimos temprano. Estaba lloviendo. Llegamos a El Morro y seguía cayendo agua. Como una orden divina San Pedro autorizó la salida hacia La Esquina y ya no llovía. Igualmente estábamos "emponchados".

Es hermoso andar por esos caminos, lejos de todo. Uno repite "esto es lindo y no Buenos Aires" como siempre dice David, un amigo que vive ........ en Buenos Aires. A mitad de camino pinchadura de cámara, yo. Cambiamos y seguimos.

Una mañana soñada. Atrás El Morro.



Llegamos a La Esquina. Nos recibe un encargado.Cambié la remera ya mojada. Subimos al cerro. Íbamos bien. Pero abajo se venían firmes las nubes y ya tapaban los cerritos más bajos. Entonces, antes de que nos desviáramos por no ver el sendero y demorar el regreso, decidimos bajar. Teníamos la cima a 200 metros o menos, pero bueh!, ya lo subiré en la próxima.

De fondo se ven las nubes, debajo nuestro.




Al regresar la temperatura había descendido algo. Estaba nublado y por ahí de a ratos asomaba el sol. Nada fuera de lo común......... hasta que.

Frenada delante mío, yo sin tiempo de reacción, volada, rodada, golpe y todo que se va al c..... Quedaban 10 o 12 km por delante, tenía que asistirme y no había otra que la bici amiga para la vuelta, no veía muy bien el camino, pedaleaba con bronca, quería llegar a lavarme la cara por lo menos y ver cómo había quedado. Ahora me gustaría que volviéramos todos a la primer foto. Vieron lo mismo que yo? Sin casco ni guantes ni nada. Como cuando éramos chicos y andábamos en las canteras, en los guadales, en las vías del tren. Justamente con Gustavo mi amigo hablábamos de eso en el camino. Que yo era el único sin casco ni guantes (teniendo y dejándolos en casa).



En definitiva, así quedó mi cara







Resumiendo, la sierra es hermosa. Correr por esos caminos es especial, pero también hay que respetar su naturaleza. Es dura (sobre todo la piedra en la que aterrizó mi pómulo jaja!, permítanme una primera risa contenida) y uno debería ser un poco más conciente y no tan "niño". Nadie me va a sacar el sabor de la adrenalina al ir bajando por esos caminos. Se lo recomiendo a todos mis amigos. Ahora sólo pienso en el domingo que viene. Esta vez llevaré casco, lo prometo.

















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